Es una herramienta fundamental para la gestión de la calidad del agua, ya que permite identificar amenazas potenciales que pueden afectar la salud de los cultivos y el medio ambiente. Este proceso incluye la evaluación de riesgos microbiológicos, químicos y físicos que pueden comprometer la seguridad del agua de riego.

El análisis de calidad de agua para riego debe incluir, pH, conductividad eléctrica, nitrógeno, fósforo, boro, cationes (calcio, magnesio, potasio y sodio), aniones (bicarbonatos, carbonatos, sulfatos y cloruros), RAS y PSI.

El análisis de agua para riego es esencial para garantizar la productividad agrícola. Permite conocer la aportación de nutrientes que se realiza al cultivo a través del riego y las características de éste. La calidad apropiada del agua es crucial para mantener la fertilidad del suelo, ya que un agua de baja calidad puede llevar a: - Salinización del suelo. - Deficiencia de nutrientos. - Acumulación de sustancias tóxicas. - Contaminación de la cadena alimentaria.

- Identificación de contaminantes: Permite detectar la presencia de metales pesados y otros contaminantes que pueden ser perjudiciales para los cultivos. -Mejora en la salud de los cultivos: Garantiza que los cultivos reciban el equilibrio correcto de nutrientes, lo que se traduce en plantas más fuertes y productivas. - Prevención de enfermedades: Identifica factores de riesgo en el agua, ayudando a prevenir brotes de enfermedades que afectan a los cultivos.